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31 de marzo de 2010

EN USHUAIA...EL FIN DEL MUNDO, EL PRINCIPIO DE TODO.

Finalmente llegamos al fin del mundo...o al principio de todo...como quieran llamarlo.
Lo cierto es que llegamos a Ushuaia...a la bahía que da al poniente, a la Ciudad más austral del mundo.
Sea como quieran llamarle Ushuaia es todo esto y mucho más. Y justamente porque se trata de eso y mucho más es que nos propusimos de entrada conocer desde bien temprano todo lo que pudiéramos conocer de la Ciudad.
Para ello nos levantamos a las 7 de la mañana y sin hacer demasiado ruido, para no despertarla a Chiqui, es que desayunamos.
Lo cierto que pese a nuestro sigilo, Chiqui se despertó porque así lo exigía su diaria rutina. Mientras tomábamos unos mates le contamos un poco cual era nuestra intensión del día y le preguntamos a su juicio que cosas no deberíamos perdernos de hacer.
Entre mate y mate se hicieron las 8:45 y así fue como partimos camino a recorrer la ciudad.


La casa de Chiqui atrás, adelante el garage.


 Esquina de Antártida Argentina y Gobernador Paz.


Esquina de Gobernador Paz y Yaganes.

El primer destino nuestro era el Museo Presidio de Ushuaia pero recién a las 11:30 horas había una visita guiada, razón por la cual seguimos nuestro camino y paseamos un poco más por la ciudad.


El Presidio de Ushuaia se encuentra dentro de un predio en donde también funciona cerca del mismo el Hospital Naval de la Ciudad, como así también la Prefectura Naval.




Fotos exteriores del Museo del Presidio.


Monumento a la Armada Argentina.


Prefectura Naval de Ushuaia.

Seguimos nuestro camino paseando por el Paseo Costero - Avenida Maipú -, disfrutando del mismo. El crucero que se encontraba el día anterior atracado en el puerto y al que le tomamos fotos la noche anterior era aquel que se puede apreciar en el fondo. Realmente es toda una ciudad dentro de un barco. Los cruceros y barcos en Ushuaia suelen llegar todos los días pero sólo permanecen allí unas pocas horas debido a los altos costos que el puerto tiene.



El paso costero es muy bonito y en él se puede apreciar en toda su magnitud tanto el paisaje ribereño como las montañas de fondo. A lo largo del camino se puede disfrutar de amplias plazoletas adornadas con lupinos y con bustos de diversos marinos que hicieron historia en estas latitudes y más allá del continente también. 



Pasamos por la zona en donde se encuentran todas las empresas que hacen excursiones en barco y de paso averiguamos en varias de ellas, sin decidir todavía por que empresa tomar la excursión. Todas suelen ofrecer lo mismo Isla de los Pájaros, Isla de Lobos, Faro Les Esclareurs. Había una que hacía una excursión distinta con caminata en una isla, pero todavía faltaba decidir cual. Eso lo veríamos más adelante.
Seguimos nuestro camino paseando por la zona costera y nos detuvimos a tomar fotos en el frente de la actual Casa de Gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.


El día se presentaba hermoso. Eran las 9:30 horas teníamos por delante todavía dos horas más, por esta razón es que seguimos caminando hasta que...






pasamos por el bar Almacén de Ramos Generales, sito en Avenida Maipú 749. Dicho bar recrea el antiguo Almacén de ramos generales que fuera también residencia del Dr. José Salomón y su familia. El lugar que se encontraba abandonado fue puesto en valor y se restauró por parte de sus nuevos dueños haciendo del mismo un interesante bar temático en donde se conservan objetos de la época, muebles, cuadros y fotografías familiares.
Desayuno mediante con unas inmensas facturas rellenas es que disfrutamos del lugar para luego si ya ir volviendo hacia el Museo del Presidio y Museo Marítimo de Ushuaia.
Pero antes de ello paseamos por el Paseo de los artesanos y descubrimos el monumento a la capsula del tiempo que plantea un interesante legado para quienes ¿vivan?  (¿llegará la humanidad?) en el año 2492.




Ya si luego de esto nos fuimos directamente al Museo del Presidio. En la próxima entrada les contaremos sobre ello.

29 de marzo de 2010

Un largo camino a Ushuaia.

Dos horas y cuarto de espera fueron las que tuvimos en la Terminal de Ómnibus de El Calafate a la espera del micro que nos llevaría a Río Gallegos por la empresa Marga. 
Afortunadamente no estábamos solos allí. Había un crisol de personas de diversas partes del mundo y que iban a los destinos más diversos. Se escuchaba hablar en Italiano, Castellano, Hebreo, Inglés, Alemán, Holandés. Gente que iba a Río Gallegos solamente, otros que seguían a Río Grande, otros como nosotros a Ushuaia y otros que no iban con nuestro micro que iban a Punta Arenas o a Puerto Natales (ambas ciudades de Chile).
Así fue como se fueron pasando los minutos hasta que con 15 minutos de anticipación llegó el micro y, lentamente, nos fuimos al mismo para subirnos y poder resguardarnos mejor de la fría noche.
Subimos y nos tocaban los asientos 1 y 2, razón por la cual viajaríamos cómodos. Detrás nuestro subió una pareja joven que iba solo a Río Gallegos.
Lo cierto que a los veinte minutos de viaje el muchacho que iba detrás nuestro comenzó a roncar de una manera que no nos dejaba dormir de ninguna manera. Realmente no podíamos concebir que una persona tan joven, no más de veinticinco - treinta años, roncara tan fuerte y se le produjeran tantas apneas juntas. Realmente para el pobre muchacho es algo que debería tratarlo, para nosotros fue una simple tortura.
Así fue como transcurrió la tortura de nuestro viaje hasta Río Gallegos. 
Al llegar a Río Gallegos eran las 7 de la mañana. Teníamos que esperar el otro micro de buses Marga a las 8 de la mañana. 
Así fue que entre una y otra cosa llegaron dos micros juntos que iban a Ushuaia. El primero, que parecía más confortable, salía a las 8:30, mientras que el nuestro, mucho más pequeño salía a las 8 horas.
Subimos y nos acomodamos en nuestros asientos asignados que eran el 9 y 10. 
La tortura de la noche que pasamos hizo que poco fuera lo que pudiéramos disfrutar del paisaje. Tanto es así que apenas nos despertamos unos kilómetros antes de llegar al Paso Integración Austral en Monte Dinero.
Hicimos los trámites y subimos rápidamente al micro para seguir descansando.
A las 11:20 horas llegamos al borde del Estrecho de Magallanes a la altura del Paso Primera Angostura que nos depositaría en la Isla Grande de Tierra del Fuego luego de media hora de navegación.








Al llegar a la Isla Grande de Tierra del Fuego, lo primero que se ve son algunos resabios de la escalada que casi nos lleva a un conflicto bélico con nuestro hermano país. 


El camino discurre durante los primeros kilómetros en una ruta muy bien asfaltada hasta que el mismo da paso al ripio. El día que en principio prometía estar lindo pronto comenzó a cambiar y las nubes se hicieron presentes y luego de ello una lluvia que pasaba de ser una simple llovizna molesta a una lluvia en la que poco era lo que se podía llegar a apreciar por la ventanilla del micro. Fue así que gran parte del viaje lo utilizamos para descansar.
Así fue que a las 16 horas llegamos al Paso Internacional de San Sebastián. Afortunadamente los trámites fueron muy ágiles y eso nos permitió que a las 16:45 estuviéramos nuevamente en territorio Argentino.


Nos quedaban 303 Kilómetros para llegar a Ushuaia de los cuales el 75 % de ese recorrido transcurrió bajo una intensa lluvia que no nos dejaba ver nada del paisaje exterior, razón por la cual no hemos tomado fotos del mismo.
La lluvia la dejamos atrás recién en el Paso Garibaldi, lugar de una inmensa belleza al que pronto nos vamos a referir.
Al llegar a Ushuaia nos esperaba Chiqui en la terminal. Ella nos alojaría en su casa y gracias a su hospitalidad, los lugares que conocimos y lo bien que la pasamos juntos podemos decir que la experiencia nuestra en Ushuaia fue la mejor experiencia vivida en las vacaciones.
Eran las 21 horas y la tarde se presentaba nublada y con algunas esporádicas lluvias. 
Comimos algo, charlamos un rato con ella y luego salimos a dar una pequeña vuelta.


El Puerto de Ushuaia como siempre alberga grandes y lujosos cruceros que van al Cabo de Hornos o a la Antártida. Paseamos un rato por la Costanera y luego nos volvimos para descansar ya que el día que había pasado fue bastante agotador.

24 de marzo de 2010

EL ULTIMO Y MAS LARGO DIA EN EL CALAFATE.

Un largo día nos esperaba en El Calafate. Es que de acuerdo al plan de viaje recién tendríamos salida de micro a las 3 de la mañana del día siguiente, razón por la cual este día no sería de 24 horas, sino de 27.
Como ya es nuestra costumbre, nos levantamos temprano sin un programa fijo. La única idea que teníamos era si recorrer lo que nos faltara de El Calafate.
Como teníamos que dejar el hostel a las 10 de la mañana y la salida del micro iba a ser a las 3 del día siguiente, Axel había averiguado si había lockers en la terminal, a lo que solamente nos garantizaban dejar las mochilas en un lugar de la oficina de la empresa Marga. Por las dudas le preguntamos a Sandra si podíamos dejar las mochilas en algún lugar y ella nos comentó que nosotros pese a que teníamos que dejar la habitación a las 10 no tenía problemas en que le dejemos las mochilas bajo la escalera y que pudiéramos utilizar las instalaciones del hostel - esto es cocina hasta las 23 y baño público y estar hasta las 0 horas -. 
Agradecidos con ello, salimos a caminar y conocer lo que nos faltaba conocer.


Así fue que nos fuimos con todas las ganas de conocer el Cañadón del Cerro Calafate. Para ello nos fuimos al centro de información turísitica quienes con toda amabilidad nos desalentaron por completo de hacerlo.
"Es que no está permitido ir allí ya que no está habilitado el lugar para el turismo, si bien hay una calle primero y luego una senda que te lleva solita, no está habilitado", comentó la chica que nos atendía.
Acto seguido sacó a relucir las posibilidades típicas de turismo que se pueden hacer pero pagando.
"Fueron a la excursión al Lago Roca? es acá a 95 Km", "también tienen travesías en 4x4 hasta el cañadón".... nos comentó.
Grave contradicción no se puede ir porque no está habilitado pero en 4x4 hasta el cañadón se puede ir.....
Conclusión más que información turística parecía que en realidad son colocadores de excursiones y sólo eso.
Disimulamente agradecimos y salimos.
Roslie yo sé a donde ir si estos no saben en la Administración de Parques Nacionales nos van a saber decir.
Caminamos por Av. Libertador Gral. San Martín hasta la sede de la Administración de Parques Nacionales quienes muy amablemente nos indicaron como debíamos seguir.
Antes nos fuimos caminando hasta el Museo Municipal que - según la gente de información turística - estaba abierto. Nunca algo más alejado de la realidad.


Luego de ello emprendimos nuestra caminata hacia el cañadón. La vista subiendo es singularmente bella pero en honor a la verdad no hemos llegado hasta allí debido a la falta de señalización del lugar y a que no encontramos a nadie en el camino como para preguntar.


Luego bajamos nuevamente al pueblo y allí paseamos por sus espacios públicos por un buen rato, disfrutando de los hermosos rosedales que allí se dan. Nunca había conocido la pasión tuya por las flores disparó ironicamente Roslie al ver que le sacaba tantas fotos a las rosas.


Tras esta sesión fotográfica de rosas de El Calafate, nos fuimos por el camino costero y disfrutamos un poco de la presencia de flamencos rosados hecho que se nos había negado en las anteriores ocasiones que habíamos ido por allí.


Posteriormente seguimos caminando por el Calafate y nos fuimos a la entrada de la ciudad.


Luego de ello caminamos en sentido hacia un mirador natural que hay sobre el Lago Argentino. Allí primero pasamos por la ancha Avenida Gunter Plüschow, aviador aleman cuyas proezas por la Patagonia Austral le valieran la vida cerca de allí.
Hasta ese momento no entendíamos las razones por las cuales era tan ancha la avenida hasta que...


sin quererlo descubrimos que se trataba del viejo aeropuerto de El Calafate, el cual funcionó hasta hace tan sólo diez años.
Seguimos nuestro camino subiendo ya por una calle de tierra desde donde el paisaje no es tan vistoso ya que se puede apreciar a lo lejos el basural de la ciudad. Tras transponer esa zona que es bastante desagradable, nos encontramos con algunas vistas muy lindas del Lago Argentino.


A nuestra vuelta descubrimos la antigua torre de control hoy devenida en una casa particular.


Luego de ello nos fuimos al hostal a merendar. Charlamos con Sandra quien nos contó que ella vive desde hace 25 años en Santa Cruz, residiendo casi permanentemente en El Calafate - vive 8 de los 12 meses, 3 meses en Gobernador Gregores y un mes de descanso -. Entablamos una conversación muy amena entre mate y mate en un momento en que ella se encontraba descansando de los huespedes. 
Más tarde cenamos y esperamos leyendo revistas y examinando folletos el momento de la hora de irnos a la terminal en donde nos aguardaban tres interminables horas de espera, que por suerte no las hicimos en soledad. Todos los turistas que íbamos desde El Calafate a Ushuaia estábamos en la misma situación...y no éramos pocos.
Nos esperaría a partir de allí una jornada muy agotadora de viaje dividida en dos etapas. El Calafate - Río Gallegos y Río Gallegos - Ushuaia. Pero esto ya es parte de otra historia.