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3 de octubre de 2005

AL OESTE, EN EL PORTICO DE LOS ANDES... SUSQUES.














Al oeste, en el portico de los Andes, allí es donde se encuentra Susques, un lugar maravilloso, con gente maravillosa, un lugar que su camino depara una infinidad de paisajes que hace que ninguno sea un desperdicio a la vista, desde los colorados cerros de Purmamarca, la Cuesta de Lipan, la blanca inmensidad de las Salinas Grandes y el agreste paisaje de la Puna. Llegar a Susques fue como algo mágico, no solo son los paisajes que había en el camino, sino también por los que hay dentro y fuera de este pueblito de tres cuadras de largo, enmarcados por una prolija Av. San Martín que nace en la ruta y se pierde en su corto recorrido cuando se llega, un poco después, a la Iglesia, la plaza, la escuela y el hotel principal dentro del pueblo: la hostería "La Vicuñita", cuyos dueños ante el mal tiempo que tuvimos pusieron buena cara, porque su atención fue de lo mejor... Gladys, Gustavo (Flia. Contreras) a Uds. le dedicamos este blog.

Pero no queríamos dejar también de dedicar este Blog a esta gente que allí está haciendo Patria en este rinconcito pequeño de nuestro país, como así a toda la gente que vive en la Puna. Su sacrificio, su día a día en estos lares, merecen como menos de parte nuestra este homenaje. Por que allí es donde nos dimos cuenta de las superficialidades de las que uno se preocupa, por que a veces se habla al divino cohete cuando se dice que "sobran doctores", vaya uno a preguntarselo a esta gente a ver que les contestan. Quiero contar el caso de una mujer que viajó con nosotros se llamaba Florinda, ella vivía en un paraje cercano a las Salinas Grandes llamado Saladillo, en este lugar viven solo 6 familias de las cuales una de estas familias se encuentra ella sola junto a sus hijos y nos contaba "que a Saladillo no llegaba ningún turista por que es un pueblo triste", "que el cura viene algunas veces al año para oficiar misa y dar algunos sacramentos" y "que el doctor va al pueblo una vez al mes" si una vez al mes leyeron bien, o como el caso del guía de Abdón Castro Tolay que no estaba en el momento en que llegamos por que llevó a su madre a Susques al dentista o como la gran cantidad de mujeres que aparecían en el medio del camino con enormes bolsas que cargaban a más de 3000 metros de altura y que venían caminando vaya saber desde donde por que hasta donde daba la vista no se encontraba nada a los alrededores. Esas mismas personas que aparecían de la nada, cuando se bajaban se bajaban en la nada y vaya saber uno cuanto tenían que caminar, y vaya saber uno hasta donde iban. Entonces ese sacrificio, esa tenacidad que ellos tienen para poblar un lugar inhóspito, su heroísmo si se le puede decir no puede escapar a nuestra mirada, porque turismo es ver también las culturas, por eso fuimos a Susques el 23 de enero día en que se celebra sus fiestas patronales, es conocer también su gente, es no mirar al costado cuando se ve una cruda realidad. Para ellos este homenaje.


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