Domingo 22 de Enero. Como de costumbre nos levantamos temprano y aprovechamos la cocina del Refugio para tomar unos mates con rica rica que traíamos de Antofagasta de la Sierra.
Al poco tiempo se levantan un grupo de turistas Austriacos de los cuales sólo uno se daba a entender en Castellano, mientras que el resto apenas hablaban algunas palabras en Inglés. Tras ellos se levantan también Fernando y Morena y, junto a ellos, vamos hacia la casa de Lorenzo para desayunar.
Durante el desayuno estuvimos charlando algo más sobre el viaje junto a la otra pareja de chicos que vinieron con ellos hasta Antofagasta de la Sierra y mientras hacemos eso llegan también Jean Claude y Patricia que se encontraban alojados en la casa de Flavio Quipildor.
Jean Claude y Patricia iban a hacer una excursión al Cono de Arita ya un poco más tranquilos sabiendo que les darían la nafta necesaria para seguir viaje con combustible de sobra.
Mientras todo ello ocurre denotamos que los Austriacos intentaban en vano hacer arrancar la camioneta. Se les denotaban en las caras signos de preocupación ya que el problema que parecía tener no tenía arreglo por lo menos en Tolar Grande.
Al salir de la casa de Lorenzo vemos a los Austriacos bastante preocupados. Hans que era el único que se daba a entender en Castellano en forma muy rudimentaria intenta explicar que no la puede hacer arrancar que la ha tirado desde el altar de la Pachamama en picada hacia el pueblo y que no arranca. Fernando mete mano pero todo iba de mal en peor. Incluso intervienen nuestro amigo Lorenzo Martínez y el Cacique de la Comunidad, Julio Cruz, pero todo parece en vano.
Fernando llama desde el celular de Morena al lugar donde alquilaron la camioneta los Austriacos en Salta y le explican que deben traer la camioneta como puedan y que le devolverán el dinero.
Tras varias idas y venidas, Fernando decide colocar unas eslingas a su camioneta y remolcarla a ver si con ello pueden encenderla, cosa que finalmente logran. Acto seguido les explica que no deben apagarla, ni frenarse por ninguna circunstancia.
A todo esto ya eran las 10 de la mañana y a los chicos se les iba a hacer tarde si es que querían conocer todo lo que querían conocer desde Tolar Grande hasta Susques, razón por la cual pusieron las cosas en condiciones como para salir ellos también lo más rápido posible.
A las 11 de la mañana y luego de las despedidas y de los deseos de éxitos en el viaje, Fernando y Morena emprenden su camino. Nosotros seguimos en Tolar Grande, en el corazón de la Puna.
Mientras recorremos el pueblo, y nos sigue un pequeño perrito, tomamos mate con rica rica. Caminando por el pueblo, nos cruzamos nuevamente con Patricia y Jean Claude quienes nos preguntan si conocemos los Ojos de Mar y si estamos cerca como para ir a hacerlo antes de las 13.30 horas ya que ellos tenían pautado una excursión con Andrés Leonar. Les comento que está señalizado pero que si nos llevan, los podemos guiar rápidamente hasta el lugar. Así fue como hemos puesto proa hasta los Ojos de mar.
Los Ojos de Mar y al fondo en la imagen el Volcán Aracar.
Ya en los Ojos de mar les comenté a Jean Claude y a Patricia todo lo que sabía acerca del lugar. Les comenté acerca de donde nos hallábamos, la ubicación de los volcanes y cerros, de la flora, la fauna y por supuesto los protagonistas estelares del lugar...los estromátolitos.
Así fue como entre explicación y explicación se fue pasando el tiempo y el momento de volver para Patricia y Jean Claude a Tolar Grande ya que los esperaba en su camioneta Andrés Leonar.
Mientras tanto nosotros decidimos quedarnos un rato más en el lugar y volver a pie a Tolar Grande cuando lo deseáramos. Creo que a pesar del breve momento allí, Patricia y Jean Claude se han ido muy contentos por la explicación detallada de la ubicación de los cerros con sus respectivos nombres y de la historia de los estromátolitos.
Caminamos muy lentamente hasta el pueblo. Prueba de ello es que llegamos recién al arco que señala la entrada al pueblo a las 14.45 horas. En el camino nos cruzamos con algunas vicuñas y nada más. Soledad absoluta.
Llegamos finalmente a las 15.30 horas. Era un poco tarde para comer en lo de Lorenzo, razón por la cual decidimos ir a comprar algunas galletitas, snacks y empanadas al almacén.
Mientras Roslie me espera en el Refugio, yo estuve en el negocio y les comenté a sus dueñas que ese comercio lo conocí primero en internet allá por el año 2005 y que allí leí la historia de su padre, Don Santos Gutíerrez que tan bien la cuentan en el sitio Viajeros 4x4. Mientras se freían la docena de empanadas ellas me pedían la página de internet para ver la foto de su papá al que tanto cariño le continúan expresando y lo cuanto que lo extrañan. Ya con las empanadas fritas y con los snacks en mano, volví al Refugio para comer....mientras estoy volviendo escucho una voz que dice "Yo a vos te conozco"....
La historia continúa en la próxima entrada del Blog de Axel y Roslie.
Acá me la juego: el problema de la camioneta estaba en el automático. Si tenes manera de averiguarlo hacémelo saber.
ResponderBorrarPor todo lo leído, en este viaje venís "trabajando" durísimo de guía! (qué placer, no?).
El relato engancha... Y ahora ¿quién te fichó?
Abrazo, amigo!
Jajaja es una sorpresa ya se va develar en la próxima!!!
ResponderBorrarCon respecto a lo de guía vaya si es un placer...
Me parece que el problema de la camioneta venía por ese lado. El tema es que todas estas camionetas por más que sean Hilux o lo que sean están recontra castigadas. Por lo pronto los Austriacos llegar a San Antonio de los Cobres han llegado sino ya se hubiera bautizado algún paraje de por ahí.
Abrazo.
Axeñ