Luego de almorzar y de charlar en forma muy entusiasta con nuestra gran sorpresa en el corazón de la Puna, Alberto y su señora esposa se fueron a descansar, mientras nosotros cargamos el termo y mate con rica rica en mano salimos a recorrer un poco el pueblo.
La tarde era muy especial y solitaria en virtud de haber quedado tan sólo un puñado de turistas, de los cuales muchos de ellos estaban en excursiones varias. Así fue como caminamos por todo Tolar Grande hasta que se hicieran las últimas luces del día.
Cuando uno habla de Tolar Grande no puede dejar de pasar y de recorrer también las instalaciones de la estación del Ferrocarril Gral. Belgrano integrante del famoso Ramal C 14. Por aquel entonces cuando tuve el gusto de visitarla junto a Chugo, Deborah y Juan estaba en funcionamiento un servicio semanal de cargas que iba a con destino al Puerto de Antofagasta en la hermana República de Chile. Ese servicio en principio no estaba corriendo en estos momentos. Al llegar a la Estación noté que en la oficina ya no estaba el antiguo teléfono que se utilizaba en antaño, fue un instante de tristeza ver los agujeros que quedaron producto de su extracción del lugar en donde se encontraba.
Foto de archivo (Locos x la Puna) |
La tarde se iba de a poco y pronto se cerraría este capítulo en el que estuvimos prácticamente solos en Tolar Grande. Durante la noche el grupo de turistas se junta en casa de Lorenzo.
Teófila nos prepara junto a sus hijas muy rica comida, y mientras se va cocinando esos ricos platos, aprovechamos para charlar e intercambiar experiencias.
Nuevamente nos juntamos a hablar mucho con Alberto y con su esposa. En esta ocasión también dialoga junto a nosotros Jean Claude y Patricia quienes volvieron exultantes de la excursión al Cono de Arita que la hicieron junto a Andres Leonar.
Mientras charlamos Lorenzo me informa que Jean Claude y Patricia iban a ser de la partida junto a nosotros de la excursión a Caipe, La Casualidad y Mina Julia, pero equivocadamente le quería cobrar a ellos lo que ellos debían pagarnos a nosotros ya que nosotros habíamos previamente pagado el total de la camioneta.
Aclarado el asunto con Lorenzo, a Jean Claude y a Patricia les resultaría más económico hacer la excursión y, por supuesto, a nosotros también.
"No se la pueden dejar de perder, les aseguro no se van a arrepentir, este paisaje no lo van a ver dos veces en ningún otro lugar", les dije en ese instante de duda que ellos tuvieron frente al esfuerzo económico que tenían que hacer. No me equivoqué frente a esas palabras...pero dejemos esto para el próximo relato.
Mientras comíamos unas riquísimas bombas de papas rellenas con queso, sopa bien caliente y queso y dulce de batata de postre, caía la noche y un manto de estrellas empieza a cubrir el díafano cielo de Tolar Grande. Con este manto de estrellas y el frío de la noche puneña nos vamos a descansar al Refugio esperando un nuevo día, un hermoso día.
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