Amanece en Purmamarca, el día está nublado, de momentos pareciera que llueve, por momentos que se despeja. Finalmente el tiempo se decide con la aparición de un sol radiante y un cielo absolutamente despejado, las nubes se fueron finalmente a otro lado.
Sabiendo que este era el último día arreglamos todo rápidamente, tomamos nuestro desayuno y salimos con las mochilas rumbo hacia la plaza 9 de Julio. A la vuelta, sobre la calle Rivadavia, un negocio ofrecia guardar las mochilas. No lo dudamos un solo momento, era guardar las mochilas y disfrutar al máximo de todo. Estuvimos por la feria de la plaza y luego nos fuimos a hacer un poco de tiempo en el Camino de los Colorados mientras se hacía la hora para el comienzo de la Fiesta del Queso de Cabra que se celebraba en ese día.
El ir al Paseo de los Colorados fue una despedida a todo color, los cerros estaban bien colorados merced a que de algún modo se habían "lavado" con la lluvia del día anterior y el sol brillaba en el azul firmamento. Allí nos sacamos infinidad de fotos de modo de guardar no solo en las retinas de nuestros ojos el recuerdo de tan hermoso paisaje.
Al llegar nuevamente al pueblo ya estaba comenzando el acto inicial de la Fiesta del Queso de Cabra con un desfile de gauchos junto con el entonamiento del Himno Nacional y el izamiento de la Bandera Argentina. Allí estaba esa humilde pero hermosa Bandera Argentina flameando en el azul cielo que la confundía con este.
Luego de la iniciación del acto, y con todo un pueblo congregado en el que se mezclaban también muchos turistas, la fiesta seguía en el predio del Club Santa Rosa, donde allí se daría a la cita el concurso del queso de cabra.
Empanadas, locro, tamales, humitas y también pizza se preparaban mientras los jurados realizaban el cateo del queso de las distintas concursantes.
El concurso del queso de cabra promueve la difusión de las queseras de la región de usanza tradicional. El objetivos de su realización es propender al mejoramiento del queso de cabra realizado ancestralmente y ampliar las oportunidades de los artesanos queseros, favoreciendo el consumo de su producto y su comercialización. El programa de esta hermosa fiesta incluyó la recepción de autoridades, invitados especiales, queseros participantes de distintos parajes cercanos a Purmamarca como Estancia Grande, Tumbaya, Tumbaya Grande, Tunalito, La Ciénaga y las lejanas Tucsa y Huachichocana.
Allí el jurado ha probado la pericia de los 16 participantes de dicho concurso y cuando dieron su veredicto invitaron a los presentes a acercarse y comer un poco de queso de cabra, animándolos como a nosotros a comprar un queso para llevarse de recuerdo. Mientras tanto seguían corriendo las empanadas de carne, pollo y de queso, los tamales, las humitas, la pizza bien caserita y el platazo fuerte: Asado con choclo, queso con papas para acompañar como dice la canción de Tomás Lipán "Don Heriberto".
Una fiesta muy linda sin lugar a dudas, muy humilde, familiar, acogedora, simpática, pícara como el humor desatado en las coplas que se entonaban. La difusión de los ganadores del concurso era un hecho anécdotico, allí lo que importaba era mantener la tradición de la elaboración artesanal del queso, mantener la costumbre y pasarla de generación en generación, cosa que pudimos comprobar al ver que la ganadora, que tenía 92 años y que no pudo venir porque tenía que cuidar a sus animales, tuvo en su bisnieta, de 12, otra ganadora.
Fue un hermoso cierre para nuestras vacaciones compartir esta fiesta con la gente del lugar, lamentablemente no nos pudimos quedar para la ceremonia de dar de comer a la Pachamama al pie de una apacheta que estaba preparada en el predio del club. Luego se siguió con la señalada y enfloramiento de la hacienda y se brindó con chicha. Junto con el concurso del queso de cabra también se realizó la XX edición de la fiesta de la Pachamama quien tuvo como invitado especial a numerosos músicos, entre ellos Memo Vilte, Che Mandinga, las copleras Paulina Chañi y María Ramos, Hugo Cazón, Supay Tawa, La Tribu, Sonko Puca, todos ellos de la región, y como siempre la participación especial de un hijo predilecto de esta tierra: Tomás Lipán.
Lamentablemente esta parte de la fiesta nos la perdimos ya que teníamos nuestra vuelta de San Salvador de Jujuy a Buenos Aires a las 21 horas.
Fue hasta donde estuvimos todo muy lindo y nos resistíamos a querernos ir pero debíamos irnos, con mucha lástima nos quedamos mirando los últimos instantes el Cerro de los Siete Colores...nos teníamos que ir... pero volveremos alguna vez.