La pregunta del millón era qué íbamos a hacer al día siguiente puesto que teníamos programado ir a las Cuevas de Huachichocana en cabalgata y el presupuesto realmente ya no daba. Los debates en torno a qué hacer fueron realmente interesantes por un lado estaba dada la posibilidad de ir a las Salinas Grandes, quedarnos en Purmamarca, ir otros lugares de la Quebrada de Humahuaca y como algo remoto ir a Humahuaca y desde allí ver si podíamos llegar al Hornacal. El plan que trazamos finalmente fue este último.
Temprano por la mañana y luego de comprar algunas cosas en la feria de Purmamarca nos tomamos el primer micro con destino a Humahuaca que tuviéramos a mano y desde allí intentaríamos ir al Hornacal.
Al llegar a Humahuaca llegamos justo para las doce, de paso revivimos ese hermoso momento que es la salida de la torre del antiguo cabildo de San Francisco Solano quien bendice a los viajeros en su estadía en Humahuaca. Paseamos un poco y decidimos luego almorzar en el restaurant La Carchapaya.
Luego del almuerzo nos lanzamos a la aventura de conseguir a alguien que nos lleve al Hornacal, lugar al que lamentablemente no pudimos conocer por lo excesivo de su costo. Nuevamente habría cambios de planes.
- Nos vamos para Uquía, dice Axel.
Tomamos el micro a Uquía y en unos instantes estábamos en Uquía disfrutando nuevamente de la hermosa iglesia de San Francisco de Paula la cual atesora los hermosas pinturas de los ángeles arcabuceros. La quietud de Uquía, los colores de las hermosas montañas nos obligaron a quedarnos por término de una hora aproximadamente allí.
Luego de ello a Axel se le ocurrió que podíamos caminar junto a la ruta en dirección a Huacalera. Hay que tener en cuenta que que Huacalera queda a más o menos 24 Km. de Uquía lo cual significaba una locura, pero bueno la locura se había puesto en marcha y ya no había vuelta atrás. A caminar se ha dicho!
El recorrido entre Uquía y Huacalera es uno de los recorridos más maravillosos y coloridos de la Quebrada de Humahuaca. La estrategia era caminar todo lo que fuera posible y disfrutar de los colores y el paisaje. De cierto modo fue una linda experiencia de la que no nos vamos a olvidar jamás, porque una cosa es ver el paisaje en la ruta parando cada tanto y otra es deleitarse con nuestra propia vista caminando y no perderse todos y cada uno de los detalles.
Al llegar a Humahuaca llegamos justo para las doce, de paso revivimos ese hermoso momento que es la salida de la torre del antiguo cabildo de San Francisco Solano quien bendice a los viajeros en su estadía en Humahuaca. Paseamos un poco y decidimos luego almorzar en el restaurant La Carchapaya.
Luego del almuerzo nos lanzamos a la aventura de conseguir a alguien que nos lleve al Hornacal, lugar al que lamentablemente no pudimos conocer por lo excesivo de su costo. Nuevamente habría cambios de planes.
- Nos vamos para Uquía, dice Axel.
Tomamos el micro a Uquía y en unos instantes estábamos en Uquía disfrutando nuevamente de la hermosa iglesia de San Francisco de Paula la cual atesora los hermosas pinturas de los ángeles arcabuceros. La quietud de Uquía, los colores de las hermosas montañas nos obligaron a quedarnos por término de una hora aproximadamente allí.
Luego de ello a Axel se le ocurrió que podíamos caminar junto a la ruta en dirección a Huacalera. Hay que tener en cuenta que que Huacalera queda a más o menos 24 Km. de Uquía lo cual significaba una locura, pero bueno la locura se había puesto en marcha y ya no había vuelta atrás. A caminar se ha dicho!
El recorrido entre Uquía y Huacalera es uno de los recorridos más maravillosos y coloridos de la Quebrada de Humahuaca. La estrategia era caminar todo lo que fuera posible y disfrutar de los colores y el paisaje. De cierto modo fue una linda experiencia de la que no nos vamos a olvidar jamás, porque una cosa es ver el paisaje en la ruta parando cada tanto y otra es deleitarse con nuestra propia vista caminando y no perderse todos y cada uno de los detalles.
El Yacoraite estaba allí como un gran coloso al que el cielo plomizo le daba aún mayor realce. Ya llegados a Chucalesna, a unos 5 km. de Uquía, decidimos tomarnos un micro del Expreso Vallisto y seguir hasta Tilcara.
La lluvia fina que se abatió en Tilcara frustró los planes de seguir recorriendo en parte, no obstante, el broche final lo daríamos en Maimará con esos maravillosos cerros de la Paleta del Pintor los cuales no pudimos ver en su plenitud merced al mal tiempo.
Finalmente a las 21 horas estábamos de vuelta en Purmamarca donde al día siguiente finalizarían nuestras vacaciones.