Eran las 8 de la mañana y habíamos hecho todos los preparativos para irnos al Dique Cabra Corral. Nos fuimos a la parada de colectivos y allí tomándote un colectivo de línea iríamos rumbo a otro de los lugares que ni teníamos en la mente ir. Una vez llegados a la parada de colectivos nos miramos y ambos pareció que transmitíamos la misma idea: no teníamos ganas de ir allí. Fue así como nos dijimos "che y si nos vamos para Purmamarca". Cruzamos la calle, fuimos a la terminal y habiendo llegado allí 8.58 descubrimos que había un colectivo de flecha bus que salía a las 9.00 horas rumbo a San Salvador de Jujuy: justo a tiempo. Una hora y media después estábamos en San Salvador de Jujuy tomándonos a los 10 minutos un colectivo a Purmamarca.
Nuevamente y ya por cuarta vez visitamos este hermoso pueblito - muy cambiado de por cierto - al que tanto queremos.
La belleza extraordinaria de esos cerros aún cautivan pese a que los cambios devenidos con la "modernidad y el auge que trajo consigo la Declaración de la Unesco", cambios muchos de ellos negativos porque le han hecho perder gran parte de la originalidad que esta tenía.
Esta realidad la constatamos con la aparición de nuevos hoteles y construcciones, una galería comercial y algunas cosas que no respeta ni la más mínima idioscincracia del lugar. Desgraciadamente cuando uno entra a uno de estos negocios lo que primero denota es que no se trata de gente del lugar. Uno con solo hablar un poquito se da cuenta que se tratan de gente que es de Buenos Aires y que poco tienen que ver con los Purmamarqueños, que vinieron a hacer negocio y que poco le dejan a la comunidad.
Vimos muy cambiada a Purmamarca este verano pasado y sin lugar a dudas ha sido para peor. Allí nos encontramos con una chica que trabaja en el Hostal La Posta de Purmamarca quien nos reconoció de inmediato y a la que saludamos y nos contó que ella se tuvo que mudar más hacia la entrada de la ruta porque los alquileres de una casita mínima salía 1000 pesos y que incluso le llegaron a pedir más.
Purmamarca linda parecía no estar tan linda como en otras oportunidades, sin embargo, fue nuestra gran despedida de estas hermosas tierras del norte de nuestro país caminando por sus cerros, sus callecitas y disfrutando de tanto colorido.
Esperamos verte una vez más linda Purmamarca, eso si, un poco más linda de lo que en este verano pasado la hemos visto.
Nuevamente y ya por cuarta vez visitamos este hermoso pueblito - muy cambiado de por cierto - al que tanto queremos.
La belleza extraordinaria de esos cerros aún cautivan pese a que los cambios devenidos con la "modernidad y el auge que trajo consigo la Declaración de la Unesco", cambios muchos de ellos negativos porque le han hecho perder gran parte de la originalidad que esta tenía.
Esta realidad la constatamos con la aparición de nuevos hoteles y construcciones, una galería comercial y algunas cosas que no respeta ni la más mínima idioscincracia del lugar. Desgraciadamente cuando uno entra a uno de estos negocios lo que primero denota es que no se trata de gente del lugar. Uno con solo hablar un poquito se da cuenta que se tratan de gente que es de Buenos Aires y que poco tienen que ver con los Purmamarqueños, que vinieron a hacer negocio y que poco le dejan a la comunidad.
Vimos muy cambiada a Purmamarca este verano pasado y sin lugar a dudas ha sido para peor. Allí nos encontramos con una chica que trabaja en el Hostal La Posta de Purmamarca quien nos reconoció de inmediato y a la que saludamos y nos contó que ella se tuvo que mudar más hacia la entrada de la ruta porque los alquileres de una casita mínima salía 1000 pesos y que incluso le llegaron a pedir más.
Purmamarca linda parecía no estar tan linda como en otras oportunidades, sin embargo, fue nuestra gran despedida de estas hermosas tierras del norte de nuestro país caminando por sus cerros, sus callecitas y disfrutando de tanto colorido.
Esperamos verte una vez más linda Purmamarca, eso si, un poco más linda de lo que en este verano pasado la hemos visto.