Cuando llegamos a este cartel no pudimos evitar nuestro recuerdo de la otra punta del mapa, en el Noroeste Argentino, en donde hay un cartel similar que señala la distancia desde La Quiaca a Ushuaia. Pero he aquí que también lo recordamos por que allí el cartel - tal como se lo ve en la foto - indica una distancia 50 Km. menor que la que indica desde Ushuaia.
Lo cierto que este tipo de errores en nuestra red vial son muy frecuentes y eso se debe muchas veces a la reformulación de trazados de rutas - no aplicable en este caso - o a nuevas mediciones que corrigen las anteriores pero que no van acompañadas del recambio correspondiente de carteles.
Nuestro camino continúa por Av. Maipú hasta el barco semi hundido que quedó encallado en las costas de la ciudad a fines de la decáda del 40 y cuyo nombre es Saint Christopher. Luego fuimos en dirección a la antigua iglesia de Ushuaia, la cual data de los primeros años de vida de la ciudad. La iglesia "nueva" de Ushuaia se trasladó a la vuelta de la misma sobre la calle San Martín, verdadero centro comercial de la ciudad.
Caminamos un rato por la Avenida San Martín y luego decidimos ir al Glaciar Martial. Tomamos un taxi y subimos el hermoso camino que separa la ciudad del glaciar.
Al llegar allí contábamos con poco tiempo para subir a la aerosilla, pero decidimos subir igual. Al llegar a la boletería, quien nos atendió nos quiso desalentar aduciendo que "había mucho viento y que la aerosilla se movía mucho", a lo que le contestamos que no teníamos miedo de ello. Adquirimos los pasajes de ida y vuelta y subimos.
Había muy poca gente en la aerosilla y eso tenía que ver con que el tiempo no ayudaba demasiado. En efecto las condiciones climáticas no eran las mejores: había algo de viento, no muy fuerte pero si muy frío y a veces esto era acompañado con una fina llovizna que se turnaba los tiempos con el sol.
Mientras disfrutábamos del paisaje que ofrecía el paseo en la aerosilla, salió el hit del verano: "abajo la sombrilla: aerosilla"!!!. Así olvidábamos el frío que se había levantado repentinamente.
Al llegar al final de la aerosilla el paisaje y la vista de la ciudad es descomunal, sin embargo, más descomunal aún lo era cuando en el marco del mismo se formó un arco iris que perduró durante varios minutos.
Ascendimos un rato por el camino hacia el glaciar pero el tiempo con el que contábamos era acotado ya que a las 18.30 horas parte la última aerosilla de vuelta a la base, con lo cual en esta ocasión fuimos hasta donde empezaba la nieve y no subimos mucho más que ello.
Para reponernos del frío que tomamos allí arriba a nuestra vuelta, nos dirigimos a la casa de té que hay en la base del glaciar y tomamos un muy buen chocolate caliente.
El irregular tiempo que se abatía por la zona hacía que nos regalase otra vez más un arco iris. Este perduró unos cuantos minutos menos que el anterior.
Bajamos y nos fuimos a la Antigua Casa Beban. Dicha casa fue construida entre el año 1911 y 1913 por Tomás Beban quien la adquirió por catálogo a Suecia y la armó totalmente en la ciudad de Ushuaia.
Esta casa declarada Patrimonio Cultural de la Ciudad en el año 1994 estuvo a punto de ser desguazada luego de que la habitaran la familia Beban y de que cumpliera varias funciones entre ellas la de una clínica privada, el hotel "las goletas". El problema radicaba en que esta casa como se encontraba montada en madera y estaba enterrada, comenzaron a pudrirse los pisos por efecto de los años que llevaba de construida. Esto motivó a que la misma estuviera a punto de ser desarmada hasta que en el año 1993 la Municipalidad ofreció repararla y preservarla si era voluntad de toda la familia descendiente donarla a la comunidad.
Así fue que en 1994 y en forma conjunta con la declaración se realizó la reinauguración del Paseo de los Antiguos Pobladores y actualmente funciona como centro de exposiciones relacionadas con la cultura y el arte en la ciudad.
Luego de ello, nos fuimos a casa de Chiqui, cenamos juntos y charlamos largo y tendido. Termina aquí un día por demás excepcional en El Fin del Mundo, El Principio de Todo.
Nuestro camino continúa por Av. Maipú hasta el barco semi hundido que quedó encallado en las costas de la ciudad a fines de la decáda del 40 y cuyo nombre es Saint Christopher. Luego fuimos en dirección a la antigua iglesia de Ushuaia, la cual data de los primeros años de vida de la ciudad. La iglesia "nueva" de Ushuaia se trasladó a la vuelta de la misma sobre la calle San Martín, verdadero centro comercial de la ciudad.
Caminamos un rato por la Avenida San Martín y luego decidimos ir al Glaciar Martial. Tomamos un taxi y subimos el hermoso camino que separa la ciudad del glaciar.
Al llegar allí contábamos con poco tiempo para subir a la aerosilla, pero decidimos subir igual. Al llegar a la boletería, quien nos atendió nos quiso desalentar aduciendo que "había mucho viento y que la aerosilla se movía mucho", a lo que le contestamos que no teníamos miedo de ello. Adquirimos los pasajes de ida y vuelta y subimos.
Había muy poca gente en la aerosilla y eso tenía que ver con que el tiempo no ayudaba demasiado. En efecto las condiciones climáticas no eran las mejores: había algo de viento, no muy fuerte pero si muy frío y a veces esto era acompañado con una fina llovizna que se turnaba los tiempos con el sol.
Mientras disfrutábamos del paisaje que ofrecía el paseo en la aerosilla, salió el hit del verano: "abajo la sombrilla: aerosilla"!!!. Así olvidábamos el frío que se había levantado repentinamente.
Al llegar al final de la aerosilla el paisaje y la vista de la ciudad es descomunal, sin embargo, más descomunal aún lo era cuando en el marco del mismo se formó un arco iris que perduró durante varios minutos.
Ascendimos un rato por el camino hacia el glaciar pero el tiempo con el que contábamos era acotado ya que a las 18.30 horas parte la última aerosilla de vuelta a la base, con lo cual en esta ocasión fuimos hasta donde empezaba la nieve y no subimos mucho más que ello.
Para reponernos del frío que tomamos allí arriba a nuestra vuelta, nos dirigimos a la casa de té que hay en la base del glaciar y tomamos un muy buen chocolate caliente.
Nuestro guardián amigo custodiaba la entrada a la casa de té!!!.
El irregular tiempo que se abatía por la zona hacía que nos regalase otra vez más un arco iris. Este perduró unos cuantos minutos menos que el anterior.
Bajamos y nos fuimos a la Antigua Casa Beban. Dicha casa fue construida entre el año 1911 y 1913 por Tomás Beban quien la adquirió por catálogo a Suecia y la armó totalmente en la ciudad de Ushuaia.
Esta casa declarada Patrimonio Cultural de la Ciudad en el año 1994 estuvo a punto de ser desguazada luego de que la habitaran la familia Beban y de que cumpliera varias funciones entre ellas la de una clínica privada, el hotel "las goletas". El problema radicaba en que esta casa como se encontraba montada en madera y estaba enterrada, comenzaron a pudrirse los pisos por efecto de los años que llevaba de construida. Esto motivó a que la misma estuviera a punto de ser desarmada hasta que en el año 1993 la Municipalidad ofreció repararla y preservarla si era voluntad de toda la familia descendiente donarla a la comunidad.
Así fue que en 1994 y en forma conjunta con la declaración se realizó la reinauguración del Paseo de los Antiguos Pobladores y actualmente funciona como centro de exposiciones relacionadas con la cultura y el arte en la ciudad.
Luego de ello, nos fuimos a casa de Chiqui, cenamos juntos y charlamos largo y tendido. Termina aquí un día por demás excepcional en El Fin del Mundo, El Principio de Todo.
1 comentario:
Todo muy lindo!
Un gran acierto haber estado todos esos días en Ushuaia... inolvidable!
Saludos.
Chugo
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