Llegar a Humahuaca es llegar a un lugar con mucha paz, con mucha belleza, es llegar a una ciudad con mucha vida y movimiento en donde los chicos se te acercan y te cuentan toda la historia del pueblo. De ello tenemos el grato recuerdo de Gustavito, un nene de 8 años que se sabía la historia de Humahuaca como ninguno y que además de cursar el primario está estudiando guia de turismo.
Humahuaca, lugar bello como pocos, sus callecitas casi sin vereda, su monumento a la Independencia, realmente imponente, se lo puede ver desde cualquier parte del pueblo, su iglesia y el cabildo con su reloj en donde San Francisco Solano saluda a los visitantes en el momento justo en que son las 12, su museo de arqueología, sus barrios, un lugar pequeño, pero grande a la vez, "bullicioso" como diría la anciana que nos comentaba que ella se mudó a Uquía por que Humahuaca ya era muy ruidoso, para nosotros realmente un lugar tranquilo, lleno de vida, movimiento, color, así es Humahuaca. Guardamos de él un muy grato recuerdo, seguramente en algún momento de nuestras vidas volveremos a visitar.
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