Durante el viaje hemos hecho varias veces de un raconto de los salares que conocíamos y en efecto no son pocos. El primero en haber conocido fueron las Salinas Grandes en el año 2005. Durante el año 2006 conocimos el Salar del Hombre Muerto y el Salar de Antofalla, este es el salar más largo del mundo con 163 km. de extensión. En el año 2008 conocimos en Bolivia el Salar de Uyuni, el más grande del mundo, nada más ni nada menos que una extensión de blancura total de 12000 km2, o sea 58 veces la Ciudad de Buenos Aires.
Durante el año 2009 conocimos en Chile el gran Salar de Atacama pasando previamente en nuestro recorrido hacia el vecino país por la Ruta Nacional 52 y conociendo el Salar de Olaroz y el de Jama y en Chile el de Quisquiro y el de Pujsa. El Gran Salar de Atacama es el salar más grande de Chile y el segundo del mundo.
A nuestro regreso hacia Argentina conoceríamos algunos salares más como el de Pocitos o Quirón, la Salina de Tolar Grande, el Salar de Río Grande y el Salar más grande de Argentina y el tercero más grande del mundo: El Salar de Arizaro.El lector de este blog dirá pero estos locos no tienen otra cosa que conocer salares?, pues bien consciente o inconscientemente hemos conocido el podio de los tres salares más grandes de este planeta, a saber, Uyuni (Bolivia), Atacama (Chile) y Arizaro (Argentina). Como si esto fuera poco también el más largo del mundo: Antofalla (Argentina).
En esta ocasión nos corresponde hablar del Salar de Arizaro que como habíamos dicho en una entrada anterior su nombre debe origen a un vocablo de origen Kunza que significa dormidero del buitre, en alusión a que allí llegaban los cóndores en búsqueda de osamentas del ganado que perecía en su penoso viaje a Chile. También Arizaro puede devenir de la palabra Quechua Ari Saru, el cual significa huellas hirientes, en alusión a que los arrieros que transitaban a Chile debían atravesar este inmenso salar dejando sus pies lastimados y su calzado roto por el filo de los cristales de sal. Su superficie total es de 1500 km2 o sea unas 8 veces menos que el de Uyuni y unas 7,5 veces más que la Ciudad de Buenos Aires.
Este salar posee una antigüedad entre 5 y 10 millones de años en el Mioceno Superior (Era Terciaria) y se cree que se trata de antiguos lagos salados de origen volcánico sin salida que fueron evaporándose dejando la salinidad en el suelo.
Tuvimos la suerte en la excursión de cruzar el Salar de Arizaro de este a oeste y de sur a norte, razón por la cual hemos podido comprobar que en su vasta geografía existen diversos paisajes: algunos ampliamente blanquecinos y otros que presentaban mucho sedimento, tornándolo una mezcla entre el color rojizo de la tierra con el blanco de la sal. También con extrañas formaciones en el medio del salar de pequeños volcanes que no se han desarrollado como el que pudimos apreciar desde Caipe con forma de herradura o el Cono de Arita, símbolo indudable del Salar de Arizaro.
En esta ocasión nos corresponde hablar del Salar de Arizaro que como habíamos dicho en una entrada anterior su nombre debe origen a un vocablo de origen Kunza que significa dormidero del buitre, en alusión a que allí llegaban los cóndores en búsqueda de osamentas del ganado que perecía en su penoso viaje a Chile. También Arizaro puede devenir de la palabra Quechua Ari Saru, el cual significa huellas hirientes, en alusión a que los arrieros que transitaban a Chile debían atravesar este inmenso salar dejando sus pies lastimados y su calzado roto por el filo de los cristales de sal. Su superficie total es de 1500 km2 o sea unas 8 veces menos que el de Uyuni y unas 7,5 veces más que la Ciudad de Buenos Aires.
Este salar posee una antigüedad entre 5 y 10 millones de años en el Mioceno Superior (Era Terciaria) y se cree que se trata de antiguos lagos salados de origen volcánico sin salida que fueron evaporándose dejando la salinidad en el suelo.
Tuvimos la suerte en la excursión de cruzar el Salar de Arizaro de este a oeste y de sur a norte, razón por la cual hemos podido comprobar que en su vasta geografía existen diversos paisajes: algunos ampliamente blanquecinos y otros que presentaban mucho sedimento, tornándolo una mezcla entre el color rojizo de la tierra con el blanco de la sal. También con extrañas formaciones en el medio del salar de pequeños volcanes que no se han desarrollado como el que pudimos apreciar desde Caipe con forma de herradura o el Cono de Arita, símbolo indudable del Salar de Arizaro.
1 comentario:
Cada vez mejor! Notable dedicación en cada uno de los posteos, da gusto leerlos!
Saludos
Chugo
P.D. EL blog hecho libro no estaría nada mal!
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