Salimos de Caipe por el tramo de la Ruta 27 que se encuentra asfaltado. En un principio nos acompaña parte del Salar de Arizaro del cual allí obtuvimos una de las mejores vistas.
La Ruta 27 allí se encuentra asfaltada. Se trata de un camino angosto con una cinta asfáltica que pese a las inclemencias del tiempo y la falta de mantenimiento permite a que la camioneta transite a unos 60 Km/h promedio. Es cierto que la ruta no se encuentra en las mejores condiciones y que hay zonas de derrumbes, zonas con algunos pozos, zonas en donde la escasa vegetación ha ganado un pequeño lugar entre las rajaduras del asfalto, pero también es cierto que se puede andar medianamente bien.
Seguimos por la ruta, ya abandonando el Salar de Arizaro y esa vista imponente que desde allí se tiene, para seguir en la inmensidad de esas coloridas montañas donde se mezclaban el color de la tierra gris plagada de pozos de topos, con rojos, ocres y algunos pastos amarillentos o de un verde pálido. En la ruta también podían apreciarse algunas vicuñas que salían disparadas ante nuestra invasora presencia, pero sin lugar a dudas la presencia más llamativa fue la de un zorro que paseaba tranquilamente por la ruta hasta que habiéndose percatado de nuestra presencia emprendió una rápida huida. El pobre siempre tan perseguido por la raza humana en su ambición por su maravillosa piel se sintió en peligro, del cual solo ha sentido tranquilidad cuando estaba allí arriba en la montaña. Allí esperó a que nosotros sacáramos nuestra arma: la cámara fotográfica que lo retrataría como un centinela en la inmensidad de la puna.
El Salar de Río Grande nos indica también la proximidad a Mina La Casualidad. Ella allí nos esperaría triste y solitaria.
Hacía allí fuimos...
1 comentario:
FELIZ CUMPLE AXEL!!!!!! Que sigas viajando junto a Roslie por 36 años más (y más!)
Saludos de parte de Deborah.
Un gran abrazo
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